Dentro de las cosas que me propuse hacer en este blog, es escribir sobre libros que me han marcado, que me han regalado muchísimo valor. En un mar de títulos, y con el tiempo limitado, quiero dar una luz a esos títulos que si los lees pueden aportar mucho a tu vida. 

En este primer artículo sobre libros, quiero escribir acerca de uno que desafía el enfoque convencional de la medicina. Y antes de empezar quiero aclarar que este artículo no tiene la intención de dar consejos médicos, ni de sustituir la labor de un doctor con licencia. Es únicamente informativo.

La doctora Lissa Rankin, autora del libro “Mind over medicine”, el cual se tradujo al español como “La mente como medicina”, creció en un ambiente escéptico, con familiares metódicos que separaban la ciencia de la espiritualidad. Entre sus estudios y su practica profesional pasaron 20 años en los que se rehusó a confiar en cualquier cosa que no pudiera ser comprobada por pruebas clínicas. Ni ella, ni su entrenamiento, apoyaban la idea de que la mente tuviera poder sobre el estado físico de una persona. A pesar de eso, sí encontraba de vez en cuando pacientes que sus síntomas carecían de explicación bioquímica, se les decía que “todo estaba en su cabeza”, dichos pacientes eran referidos a un psiquiatra y se olvidaban de ellos. 

Durante ese tiempo, había llegado a escuchar historias de sus colegas, historias curiosas, sin explicación, declaraciones de personas que se curaban de lo “incurable”, muchas veces sin intervención de métodos convencionales. Una y otra vez las escuchaba, pero cada vez, eran descartadas por ella y sus compañeros. Fue hasta el 2007 que Lissa no pudo ignorarlo más, eran tantos los testimonios, que necesitaba encontrar una explicación. 

Las inspiradoras historias que encontraba en internet, no eran suficientes para convencerla de nada, después de todo tenía una mente científica y escéptica. Necesitaba pruebas irrefutables. Un largo camino empezó para Lissa, buscó evidencias, pero no las encontraba en ningún lugar. Investigó los rumores, entrevistó a los protagonistas de estas increíbles historias, les pedía pruebas, documentos, estudios, pero no encontró nada. Visitó a los doctores de dichos pacientes, solo para encontrase que ya se habían desecho de todos los documentos de aquellos casos extraños. Ella misma, cuando en su practica se topaba con pacientes así, no guardaba los registros. No recordaba ni el nombre de estas personas, mucho menos como contactarlos.

Lissa se obsesionó. Mientras más buscaba, más testimonios encontraba, hablaba con más y más médicos, más y más pacientes, descubría más y más casos sin explicación. Convirtió esta investigación en su misión. No descansaría hasta encontrar la explicación de lo que estaba pasando, necesitaba encontrar la ciencia detrás, las pruebas que no dejaran lugar a dudas.

Un camino de años, lleno de asombrosas revelaciones y descubrimientos. Lissa expone todo en este libro maravilloso. 

Ya sea que tu mente tenga la disposición de aceptar un poder más grande, o así como la autora, tengas una mente escéptica, y necesitas de evidencia irrefutable, no puedes dejar de leer este libro, así sea solo por saciar tu curiosidad. Y si tú o alguien que conoces tiene una condición médica… solo diré, que no puedes dejar de tener toda la información. 

Puedes saber más de este libro o comprarlo en formato físico o digital en los siguientes idiomas, selecciona el país de tu preferencia.

En Español:
Cómpralo en México, Estados Unidos, España.

En Inglés:
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¿Qué es el éxito.?

Si hiciéramos esa pregunta a cientos de personas, obtendríamos cientos de definiciones distintas. Si le preguntamos a una persona de negocios, tal vez nos diría que el éxito se mide en la cantidad de dinero que posees. Alguien en ventas podría darnos un numero de productos o servicios colocados.  Un deportista tal vez nos diría que el éxito está en ganar cierta competencia, trofeo o medalla. Una madre, podría decir que el éxito está en criar a sus hijos con amor. Para otra persona es ser voluntario y ayudar a la mayor cantidad de gente posible. Incluso he escuchado quien dice que el éxito es tener la libertad de ver la televisión todo el día. Cientos de definiciones, Cada persona, cada profesión, puede dar una respuesta diferente. 

Incluso, estas definiciones tan distintas una de la otra, pueden ser importantes para unos y carecer relevancia para otros. Un medico puede pensar que ha alcanzado el éxito cuando gane el Nobel de Medicina, y para algún arquitecto parecerle irrelevante. 

Y es que el éxito no es un destino, es un camino. Es tener un objetivo y dirigirte hacia él. Una de las definiciones de éxito que más me gusta, es la que utiliza Earl Nightingale:

“Success is the progressive realization of a worthy ideal”

El éxito es la realización progresiva de un ideal digno. 

Qué genialidad, qué forma tan impecable de definir un tema tan complejo. Si estamos trabajando hacia una meta determinada entonces somos exitosos. El éxito no es medido en dinero obtenido, esto nos da solo una visión muy corta de lo que realmente hace a una persona exitosa. Tampoco es vivir en la pobreza o privarte de las cosas buenas que el mundo nos puede ofrecer. 

El éxito no está al llegar a la cima, está en el camino. El éxito es tener un ideal y avanzar hacia él, es ser quien quieres ser. 

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“Las mejores cosas en la vida son gratis”

¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? ¿Cuántas veces hemos pensado que es verdad y cuantas hemos pensado que es solo una fantasía? 

La realidad es que no solo las mejores cosas son gratis, también las más importantes. El problema está en que al no haber tenido que pagar nada para obtenerlas, no les damos el valor que merecen. Las damos por sentado. A veces, ni siquiera notamos que están ahí. Como sociedad, le damos poco valor a las cosas por las que no pagamos.

Piensa en esto: ¿qué precio le pondrías a tu tiempo?, ¿a la salud?, ¿a tu cuerpo?, ¿a tu mente?, ¿al aire que te mantiene vivo?, ¿a tu familia?, ¿a tus amigos?, ¿a la naturaleza?.

¿Te parece poco? Son cosas verdaderamente dignas de agradecer. Seguramente habrá quién se atreva a ponerle un precio, pero lo cierto es que todo eso es invaluable, y más importante que cualquier cosa material. 

Valoramos las casas, los coches, las joyas, el oro… y le damos poco o ningún valor a lo que nos es dado gratis. 

Quiero aclarar que las cosas materiales suman mucho a nuestra vida y por supuesto que son importantes, contar con un techo, poder expresarnos a travez de herramientas como pianos, computadoras, celulares, automóviles, lo que necesites. Sin embargo son cosas, que a diferencia de lo que nos es dado por derecho de nacimiento, son fácilmente sustituidas.

Una casa puede ser destruida y reconstruida, una persona puede rehacer una fortuna, un coche puede ser reemplazado. Pero lo que nos es dado gratis, esas cosas de alto valor e importancia vital, no pueden reemplazarse, una vez que se pierden, no regresan. 

Las mejores cosas en la vida son gratis, es verdad.

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